El equipo de descanso necesita ser cuidado para asegurar las mejores prestaciones e higiene y alargar su vida útil.  Es importante seguir las instrucciones del fabricante, ya que los productos varían de forma significativa. No obstante, es importante observar algunas reglas básicas comunes a todos los casos. Rotar el Colchón : es recomendable rotar el colchón 180 grados (de modo que la cabeza de la cama se sitúe en los pies) cada 2-3 meses para utilizar el colchón en todas sus partes.

Ventilar el colchón : para su transpiración y mantenimiento en óptimas condiciones se aconseja ventilar la habitación antes de hacer la cama para evaporar la humedad absorbida por el colchón durante la noche y mantener los colchones lejos de la humedad.

Lave con frecuencia sábanas y mantas. Las primeras dos veces por semana y las mantas cada tres meses.

Usar aspirador para lavar en seco : aspire regularmente el colchón para evitar la aparición de ácaros.  Los productos chimicos para limpieza en seco pueden dañar las fibras y los materailes de los acolchados.

Antes de comprar un colchón y en caso de pensar en una renovación, hay que conocer si el equipo de descanso tiene los síntomas propios de un colchón en mal estado que deja de proporcionar el soporte necesario para un buen descanso.

Una vez se haya elegido el tipo de colchón adecuado para las características necesarias se tendrán en cuenta las compatibilidades con los diferentes tipos de bases. No todos los colchones pueden combinarse con cualquier tipo de soporte o base. Por este motivo hay que prestar especial atención y elegir una base que se adapte a las características del colchón. Aunque el colchón es el responsable del 60 al 80% del soporte, éste puede ser mejorado significativamente con una base ajustada a sus características, como es el caso de un colchón de látex con una base de láminas con elementos flexibles.

La base o somier del colchón tiene especial importancia a la hora de aportar un soporte adecuado y confortable. La base se deberá elegir en función de las necesidades de cada persona y del colchón que se vaya a utilizar. Pueden encontrarse distintos tipos, que presentan distinta rigidez y capacidad de adaptación (de menor a mayor versatilidad): somier de muelles, tabla tapizada, somier de láminas y bases articuladas.

El colchón es el elemento principal del sistema de descanso y de la elección que hagamos dependerá en buena parte que tengamos un soporte que mantenga la forma de nuestra espalda, y que sea confortable y duradero. Antes de elegir un colchón sería interesante conocer sus materiales y propiedades y en qué medida aportarán al usuario un buen descanso. En los colchones se diferencian dos partes: el núcleo, que es la parte estructural y que define las principales características de soporte del colchón y los acolchados, parte exterior formada por espumas y textiles que definen el confort térmico, la apreciación subjetiva y la adaptabilidad.

A pesar de ser una postura que proporciona una buena distribución del peso sobre una superficie de contacto extensa, dormir boca abajo es la posición más desfavorable para el soporte de la espalda, incluso en un buen sistema de descanso con buenas cualidades para el soporte. La persona deberá girar el cuello para poder respirar, haciendo que los ligamentos y músculos intervertebrales se carguen por la torsión, dando lugar a dolores y problemas cervicales. La curva de la zona baja de la espalda se pronunciará en exceso y aumentará la presión sobre las estructuras activas y pasivas de esas zonas. 11 Además, durmiendo boca abajo los pulmones se pueden presionar en exceso y provocar problemas respiratorios. A pesar de todas estas desventajas, (especialmente los de cargas sobre la zona lumbar y cervical) mucha gente (un 19% de la población española) prefiere dormir en esta posición.

La posición lateral es la postura más adoptada entre la población (56% de la población), y aporta un buen soporte a la columna cuando la cama y la almohada están bien diseñadas. Las vértebras quedan alineadas en un sentido y se mantiene su curvatura natural en el otro. Además, si se flexionan las caderas y las piernas se suavizará la curvatura lumbar y favorecerá la relajación de los discos, músculos y ligamentos intervertebrales. Finalmente, si el cuello mantiene la alineación con el eje de la columna, se favorecerá la respiración. El mayor problema de esta postura es la inestabilidad que presenta, que puede dar lugar a torsiones de la columna que cargarían los discos, músculos y ligamentos intervertebrales, especialmente sensibles en estos casos. Para evitar una carga asimétrica de la columna es importante que la pelvis se encuentre más profunda en la superficie del colchón que los pies, lo que podría conseguirse con una superficie de descanso con zonas de firmeza diferente. Otro inconveniente es que, debido a la menor superficie de contacto con la cama, se alcanzan mayores niveles de presión en zonas como los hombros y las caderas.

Aunque se trata de una postura con muchas ventajas, sólo el 25% de los españoles duerme así. La principal ventaja de dormir boca arriba es que en esta posición el peso del cuerpo se distribuye sobre una superficie mayor, consiguiendo los mejores resultados en cuanto a distribución de presiones y estabilidad. Si el sistema de descanso tiene la firmeza adecuada, la columna se mantendrá estable, relajada y con su curvatura natural. Sin embargo esta postura no es la más indicada para personas con problemas respiratorios. Finalmente, en personas con problemas lumbares, una ligera elevación de las rodillas puede suavizar la curvatura lumbar y descargar los discos, músculos y ligamentos intervertebrales, proporcionando un mayor confort durante el sueño y después del mismo.

La influencia de la postura afecta de modo determinante en los factores físicos del descanso comentados previamente. Una correcta postura del cuerpo asegura la protección de la columna vertebral. Además, en función de la postura con la que se duerma se podrá aconsejar el tipo de colchón y almohada que mejor se adapte. Las diferentes posturas y cómo influyen en el soporte de la espalda se comentan a continuación.

Junto a los factores físicos, que suceden entre el cuerpo y el exterior, se debe considerar la reacción fisiológica (interna) del cuerpo humano. Dichas reacciones, aunque propias de cada usuario no deberían ser pasadas por alto cuando se aconseje un ambiente de descanso apropiado para el individuo. En ocasiones se producen reacciones alérgicas en el entorno de descanso. La alergia más común que se puede presentar es la del ácaro del polvo. Una completa extinción de los ácaros del polvo es prácticamente imposible, pero los síntomas alérgicos se disminuirán manteniendo la humedad relativa por debajo del 55%, y utilizando fundas desmontables y lavables a 60ºC o acabados especiales con acaricidas debidamente acreditados.