Presentan las mismas propiedades que en el caso de los colchones (buena adaptación, minimización de presiones, antialérgica,…).  Son las almohadas que más se adaptan al cuello y a la cabeza aliviando la presion y asegurando un apoyo total.

La almohada representa un elemento importante en un buen equipo de descanso, ya que de su diseño dependerá el soporte de la cabeza y la zona cervical. El material del que está compuesto el relleno de la almohada determina principalmente el confort y soporte que proporciona la misma. Otros factores a tener en cuenta serán la cantidad del relleno y la calidad de la funda. A pesar de que existen grandes diferencias entre los diseños y materiales de las almohadas, lo que resulta más importante es que la almohada favorezca una postura adecuada, facilite la respiración y permita la evacuación del calor y la transpiración. Para el primer y segundo punto, resulta fundamental considerar la postura adoptada al dormir: para dormir de lado se necesitan almohadas más altas que para dormir boca arriba. Respecto al tercer punto, existe evidencia científica de que la temperatura de la cabeza está relacionada con la calidad del sueño: cuanto más fresca sea una almohada, mejor.

Al igual que sucede con los colchones no existe un modelo de almohada que sea la ideal para toda la población. Puesto que es un elemento de coste limitado, en comparación con el resto del equipo de descanso, se recomienda que cada cama disponga de, al menos, dos almohadas de distinta altura – firmeza y con la máxima transpirabilidad En el mercado se pueden encontrar almohadas de diferentes materiales como plumas, fibra, espuma viscoelástica, látex, poliuretano o mezcla de alguno de estos materiales.

Las bases articuladas pueden ser manuales o con motor y normalmente tienen una estructura volada sobre otra fija para mejorar la estabilidad. Las bases con articulación manual son las menos habituales y suelen tener 2 ó 3 planos de articulación y unas tres posiciones para cada articulación. Las bases articuladas con motor eléctrico pueden tener hasta 5 planos de articulación independientes adaptados a las diferentes partes del cuerpo y se controlan con un mando que está unido con un cable a la base.

Se trata de una sencilla base de superficie rígida que suele tener un bastidor de madera o metal, una superficie, generalmente un tablero de madera aglomerada, y un tapizado con una plancha de poliuretano y algún tejido. Este tipo de bases suele ser muy duradero, aporta mas estabilidad al colchón. Lo importante es asegurar al colchón una buena ventilación con este tipo de base.

Los somieres de muelles han sido utilizados durante mucho tiempo como base de colchón y están formados por un bastidor de metal que rodea una red de muelles entrelazados sobre los que se apoya el colchón. Es un tipo de base con un diseño antiguo, que se hunde con el tiempo y que con dificultad se encuentra en el mercado, habitualmente se suelen usar en camas auxiliares plegables.

La espuma viscoelástica es un material de diseño relativamente nuevo 100% sintético que tiene la propiedad de ser sensible al peso y la temperatura del cuerpo, moldeándose según la forma y la posición del mismo y repartiendo la presión sobre el cuerpo. Una de sus características más particulares es la llamada memoria inteligente, es decir, al moverse el cuerpo el colchón tarda un tiempo en hacer desaparecer la marca creada por la presión. Se pueden encontrar colchones compuestos casi íntegramente por material viscoelástico, sin embargo los colchones más habituales son los que tienen una capa superior de viscoelástico y una base de otro material para proporcionar la firmeza necesaria que suele ser de espuma de poliuretano, espuma derivada de poliuretano más polieter o espuma de alta resiliencia (HR) de alta calidad. El colchón viscoelástico hace que aumente la percepción de calor por su alta superficie de contacto, por lo que además suele añadirse una capa exterior con materiales que faciliten la transpiración como el algodón o algún tipo de fibras.

Los colchones de látex están formados por un bloque de espuma de caucho que pueden ser de origen sintético, natural o una combinación de ambos con partículas añadidas. El látex natural es un producto obtenido a partir de las plantas productoras de caucho, y tiene una elaboración en la que se utilizan básicamente elementos naturales. El látex sintético proviene de investigaciones químicas y es elaborado en laboratorio con componentes sintéticos derivados del petróleo. Los colchones de látex natural generalmente contienen aproximadamente un 80-85% de látex natural y se completa con resinas endurecedoras y aditivos sintéticos que son necesarios en el proceso del espumado para obtener su elasticidad y capacidad de recuperación. Tanto en el látex natural como en el sintético, el núcleo suele tener burbujas o perforaciones que provienen de requisitos del molde en el que se fabrica el colchón y como consecuencia de su distribución y de su tamaño se crearán diferentes zonas de rigidez en un mismo núcleo. De esta forma, los colchones de látex pueden ser diseñados con diferentes zonas capaces de deformarse independientemente unas de otras para facilitar el apoyo de partes del cuerpo que necesitan distintos tipos de soporte. En el mercado se pueden encontrar desde modelos con una única zona lumbar diferenciada hasta cinco e incluso siete áreas de descanso independientes.

El colchón de muelles es el más vendido en el mercado español, y se pueden encontrar todo tipos de formas, dimensiones, tipos de muelles y conexiones entre los mismos. La parte que todos tienen en común son un núcleo de muelles y un acolchado sobre él con algún tipo de espuma y tejido. Los colchones de muelles ofrecen distintos grados de rigidez en función del diseño de sus muelles, por lo que esta variedad se puede utilizar para diseñar colchones para distintas poblaciones o bien para definir distintos grados de firmeza en distintas zonas del cuerpo (por ejemplo, caderas y piernas).

Muelles empaquetados o embolsados: se trata de un conjunto de muelles independientes de forma cilíndrica en vertical embolsados en un material textil, permitiendo así trabajar de forma aislada unos de otros. Esta estructura aporta soportes aislados, por lo que tiene como ventaja en las camas dobles el hecho de que exista una pequeña o nula transmisión del movimiento de una persona con aquella con quien comparte la cama.

Hilo continuo: Está fabricado con un alambre continuo con forma de un sistema de muelles. Si se incrementa la sección del alambre en los casos de una cama doble se aumentará el soporte y se evitarán las molestias que pudiera aportar la diferencia de peso debida a las diferencias antropométricas de la pareja. A diferencia del caso de muelles independientes o embolsados, hablar en este caso de número de muelles carece de sentido.

La medida (calibre o diámetro) del alambre: La calidad, la resistencia y durabilidad del alambre con el que se forman los muelles también tiene influencia en el tipo de soporte. La dureza del colchón dependerá del diámetro del alambre.

Vueltas de espiral: Otra variación es el número de vueltas por espiral, es decir el número de vueltas que están absorbiendo y soportando el peso del cuerpo. Cuantas más vueltas, más suave será la cama y más durabilidad tendrán los muelles debido a que el trabajo se dispersa. Número de muelles: En una cama doble de muelles independientes o embolsados debería haber al menos 300 muelles.

Distribución de los muelles: Algunas camas diferencian las zonas de soporte en el colchón. Normalmente se colocan muelles más firmes en el centro de la cama para dar soporte para las zonas más pesadas. Sin embargo teniendo en cuenta la variabilidad de las medidas de cada persona estas zonas sólo se pueden estimar, ya que los colchones hoy en día no están personalizados. Ninguno de estos datos por sí solo nos dirá si un núcleo de muelles tiene más calidad, la interacción de todos estos factores será la que aporte la calidad final al producto.

Los colchones de espuma más representativos son los de poliuretano (PU), aunque también existen colchones de poliéster (PES), de alta resiliencia (HR) y de materiales sintéticos a partir de poliuretano y poliéteres. En función de la calidad de los materiales, de sus propiedades inherentes y del proceso de fabricado, dependerá que la espuma tenga un óptimo comportamiento como colchón. Los colchones de poliuretano normalmente se dividen según su densidad, ya sea alta (mayor de 35Kg/m3) o baja (menor de 30Kg/m3) que es la que se conoce con el nombre de gomaespuma. Este último tipo de espuma tiene el inconveniente de hundirse bajo el peso y de perder su elasticidad con el paso del tiempo.

Organizándolos por materiales del núcleo podemos encontrar en el mercado, en general; colchones de espuma, de muelles, de látex y viscoelásticos. Aunque estas son familias muy genéricas, ya que hoy en día existen incontables combinaciones de cualquiera de las clases anteriores. Además de éstos, existen otros tipos de colchón como el futón, o los colchones de aire y de agua.

Un buen sistema de descanso es fundamental para conseguir que nuestra mente y nuestro cuerpo descansen y se renueven mientras duerme. Los principales componentes que forman el equipo de descanso son el colchón (formado por un núcleo y capas de acolchado), la base y la almohada. Una elección correcta de estos componentes tendrá como efecto un buen descanso, una mala elección puede ser la causa de desórdenes en el sueño, dolor de espalda o cuello y disconfort general. Es importante conocer las propiedades que deben cumplir los elementos del equipo y la variedad de modelos que existen para estar en condiciones de poder elegir el colchón, la base y la almohada que se adapten a las características de los usuarios, proporcionándoles así un descanso saludable y reparador.